30 julio 2008

Metamorfosis

Aunque confieso que cuando publico una entrada en Chocolate al loro no me resulta indiferente el que tenga comentarios o no, mentiría si dijera que he cambiado una sola coma, de cualquiera de mis entradas, por pensar que iba a tener uno más, o uno menos.

Al comienzo de esta aventura, creía que los comentarios eran la respuesta ante una entrada que no te deja indiferente. Ahora pienso que me he quedado muy corta en mi valoración, porque son mucho más: forman parte de la entrada, la acompañan y completan, la matizan e incluso pueden llegar a transformarla. Convierten el monólogo en diálogo, la soledad en compañía, el punto de vista único en un calidoscopio lleno de colores y formas cambiantes.

Todo esto venía yo notando sin ser muy consciente de ello, hasta que, el otro día, Moisés, encendió la chispa de esta entrada con uno de sus comentarios en “Escaleras”.
Cómo fue posible que en una entrada referente a un precioso texto de Pablo Neruda, en el que el autor habla de las escaleras de Valparaíso, se produjera la metamorfosis, y termináramos hablando del concepto zen de que lo blando vence a lo duro y lo débil a lo fuerte, solamente es explicable por los múltiples, variados e impagables puntos de vista aportados en vuestros comentarios.

Me gustaría, y así lo hago, dedicar esta entrada a Moisés, por ir un poco más allá y hacer que se encendiera la luz.

Me pide el cuerpo, y por supuesto también lo hago, daros las gracias a todos los que comentáis en Chocolate al loro por formar parte de él y por aportarle lo que le falta.

Esto no sería ni parecido sin vosotros.

Seguimos adelante.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

(Sniff)

Muchas gracias por la dedicatoria.

El mérito es tuyo por escribir entradas que evocan recuerdos y echan a volar las imaginaciones.

Es una satisfacción colaborar en este blog, ya que como sabes tengo menos tiempo del que me gustaría y no puedo escribir uno propio.

Espero que sigas así.

Un beso.

JoPo dijo...

para mi dejar los comentarios abiertos es una delicia, ya q me encanta responder a lo que un blogero le ha salido del corazon o las entrañas, y como dices tu, lo hace mas vivo, y divertido.
es como un diario abierto, en el cual dejas, no, quieres que todo dios cotillee

Anónimo dijo...

mucho gusto Valentina, y gracias por visitar mi Blog...

estaré pendiente de tus entradas...

un gusto.

Valentina. dijo...

Moisés. Si el monillo de blog no te deja tranquilo, no lo dudes, aquí tienes un sitio, pásate.
Tus comentarios siempre son bien recibidos.
Besos.

Jopo. Si, a mí tambien me encanta. Le da vida al blog.
Nunca sabes por donde va a saltar la liebre.
Chau.

The strange! Me alegró mucho verte por aquí.
Será un placer volver a encontrarte.
Yo iré a verte a menudo. Me gustó tu sitio.
Chao.

Paqui dijo...

Gracias Valentina por tu visita a mi blog. Con tu permiso seguiré visitándote y leere lo que tienes publicado además de dejarte comentarios que como tu bien dices, son bien venidos y hace ilusión saber que la gente está ahí. Un beso

Juan Luis dijo...

Hola.

Es interesante lo que propones. Cuando uno escribe en un sitio público puede caer en la tentación de dejar de escribir lo que uno quiere para contentar a la parroquia, eludiendo temas espinosos que quizá incomoden. Siempre he pensado que la autocensura es de las peores censuras.

En cuanto a los comentarios, yo empecé el blog cuando en blogger no se podían hacer. Lo aparqué un tiempo y cuando volví ya funcionaban los comentarios. El cambio que eso produjo fue total, y efectivamente, los comentarios matizan tanto una entrada que pueden cambiarla y enriquecerla de un modo espectacular.

Saludos.

Anónimo dijo...

Los comentarios ayudan a ver distintos puntos de vista sobre el mismo tema.

Saludos.

Homo Insanus dijo...

Yo empecé en el denostado space de MSN, y ya ahí creé secciones, porque quería imitar a uno de esos magazines de los de antes, pero dándole un toquecillo personal, mojándome.

Al principio era como pintar graffitis en un muro de un solar, tenía la sensación de que nadie lo leía. Hasta que algunos amigos comenzaron a comentar y le dieron vidilla. Luego me mude a Blogger, y ahora escribo para mí, pero también deseando ver comentarios. Si no los hubiera, seguiría escribiendo, pero volvería a sentirme como un anónimo callejero con un bote de spray.

Eso sí, coincido con Juan Luís en que no debemos autocensurarnos en vistas al temor de ver reducidos los comentarios. Si perdemos la naturalidad, si filtramos y maquillamos, puede que se note o no, pero desde luego se corre el riesgo de desilusionarse uno y abandonar el blog. Debe haber millones de blogs sin actualizar por ese motivo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Cuando escribes un blog, lo escribes para ti.

Claro que es emocionante descubrir que a alguien de ahí fuera le gusta lo que dices, te sigue y escribe comentarios. Pero dejar de ser tú para atraer más miradas (en este caso más comentarios) desvirtúa por completo el placer de escribir.

Un beso, Valentina, encantada de haberme pasado por aquí, y gracias por tu visita.

LIA

supersalvajuan dijo...

Dale de comer al loro que está pajizo.

Valentina. dijo...

Paqui.
Será un placer verte por aquí, igual que lo fue visitarte.
En cuanto a tus comentarios... cuento con ellos!!
Un beso.

Juan Luis.
Si te autocensuras falseas la realidad, el blog y a tí mismo. Comprendo que no se puede gustar a todo el mundo pero... ¿quién lo pretende? Me quedo con la integridad.

Los comentarios? Creo que en la entrada quedó clarito lo que pienso. Oro puro.
Espero seguir disfrutando de los tuyos.
Chao.

Hola Neurotransmisores.
Como siempre certero.
Pocas palabras pero valiosas.
Hasta ahora fue un placer.
Se puede pedir más?
Sí, que siga siéndolo!!
Gracias y saludos.

Homo insanus.
Qué puedo hacer contigo a parte de darte las gracias más sinceras?
Has estado ahí desde el primer momento y aquí sigues.
El otro día curioseándo por tu blog vi que me habías incluido en tus "sitios de interés" Eres de los más valiosos comentaristas de Chocolate al loro y por si faltara algo me has enseñado defensa personal y cómo acabar con un zombi en tres prácticos pasos.
Contar contigo es un honor para mí.

La autocensura? No la quiero en mi blog igual que no la quiero en mi casa. Chocolate al loro es mi sitio, mi rincón. Si falseara algo, no tendría sentido. Al que le guste, la puerta está abierta. Al que no, que pase de largo, silbando alegremente mientras se aleja.

Gracias por no olvidar los duros comienzos.

Saludos y besos.


Lia. Estoy de acuerdo, el blog lo escribes para tí. Si lo falseas te estas engañando a tí mismo. Un poco absurdo no?.

A mí también me gusta tener comentarios, pero auténticos, verdaderos y esos solo pueden surgir de una entrada que también lo sea.

Fue una alegría verte por aquí y visitarte.
Tenemos que repetirlo.
Un beso

Valentina. dijo...

Supersalvajuan.
Qué dices tío?
Ponte la gafas!!
El loro está rollizo!!
Con lo que me ha costado hacerlo!!
Me cago en la leche!!
Jejeje.