
Miguel Ángel Revilla, Presidente de Cantabria, experto comunicador y economista, campechano, con sentido del humor, sin coche oficial y con una labia fuera de lo común, vende Cantabria como nadie. Cada vez que le veo o escucho me pido uno como él para mi Comunidad Autónoma. Dejando al margen, por completo, tendencias políticas. Valorándolo solo desde el punto de vista personal.
Bueno, pues a este hombre, se le ocurrió hacer el martes, en el programa de Buenafuente (no lo vi, me he enterado después) unas declaraciones a propósito de cómo perdió la virginidad allá por los años sesenta: “Yo mojé por primera vez a los dieciocho años, y pagando” dijo el Presidente de Cantabria.
A las señoras del PP, partido de la oposición en Cantabria, les ha faltado tiempo para salir en defensa de la moralidad y echándose las manos a la cabeza acusarle de hacer apología de la prostitución. ¿??
El PSOE como socio de gobierno junto con el PRC no le da importancia e incluso se permite hacer algún comentario jocoso.
Aquí, como siempre, cada uno ha elegido su estrategia, con el fin de llevarse el gato al agua.
El PSOE se modera porque es socio de gobierno, si estuviera en la oposición también hubiera levantado la bandera de la ofensa a esto y aquello…
El PP está en la oposición, por lo que opta por sacar a sus mujeres a la calle, pidiendo la hoguera por semejante chorrada.
Y los hombres del PP? Por qué se decide dejarlos en la retaguardia y en silencio? Para dar un aire de feminismo ofendido o quizá por si son usuarios de los innombrables sitios de la noche?
Y todo esto por qué? Y la perspectiva?
Pues por unas declaraciones de un político sobre su vida personal. Unos hechos que acontecieron allá por los años 60. Cuando no era extraño que un joven iniciara su vida sexual con una prostituta, muchas veces, incluso, acompañado por su padre. Cuando las mujeres, hasta que se casaban, iban acompañadas de su señora madre a misa, con mantilla y los brazos cubiertos, cuando las esposas eran orientadas por sus consejeros espirituales (o sea los curas) en el sentido de que no mantuvieran relaciones con sus maridos, si no tenían intención de procrear. Cuando el largo de las faldas era un asunto de estado, cuando una mujer era considerada una ramera por el simple hecho de hablar a solas con un hombre en la calle!! Un tiempo muy diferente al de ahora, en que las niñas llevan preservativos en el bolso cuando salen el sábado por la noche.
Estos políticos se creen que nos chupamos el dedo. Que no sabemos distinguir el grano de la paja. Que da lo mismo lo que nos cuenten porque no tenemos criterio ni medio dedo de frente.
Pues sí sabemos distinguir. Perfectamente.
Y ya puestos a hacerlo yo me quedo con un señor que no dramatiza, que me hace reír, que habla claro, que no tiene nada que ocultar, que es consecuente y no utiliza frases hechas de mil palabras y ningún sentido y que antes que político parece un ser humano. Elijo, sin dudarlo, la sinceridad y autenticidad frente a la hipocresía, la oportunidad y el doblez.
Que corro el riesgo de que en alguna ocasión la verdad no me guste? Si, es cierto, lo corro. Y lo asumo con gusto.
Que somos adultos, coño!