Sé que la actualidad manda y las noticias vuelan. Que algo ocurrido el 5 de marzo ya casi ni se recuerda el día 19 del mismo mes. Mundo disparado y disparatado este en que vivimos, mira tú.
Pero no puedo dejar de hacerlo. No señor. Tiene que ser esta, y no otra, la entrada que logre atravesar la espesa nata que, en este alargado mes, se ha ido formando sobre Chocolate al loro.
Gandhi dijo que no creía en la propiedad. Renunció a sus posesiones terrenales. Habló y predicó con el ejemplo (de qué otro modo puede hacerse) sobre la paz, la no violencia y la generosidad.
Conmueve ver el ascetismo que le rodeaba, la veneración de su pueblo, la convicción y coherencia de sus actos y la fuerza que irradiaba este hombre de aspecto frágil y voluntad acerada.
Los cinco objetos que componían el lote 364 sacado a subasta en Nueva York impresionan por su sencillez extrema y aún así parece que le pesaron, saliendo de sus manos y de su vida en forma de regalos.
Y aquí y ahora… Un millón ochocientos mil dólares…
Y aquí y ahora… Sus descendientes, el gobierno indio, el dueño de los objetos, la casa de subastas, el nuevo comprador… todos ellos arrogándose el derecho de poseer, disponer y exhibir. Acusándose sin freno los unos a los otros, contaminando el aire con sus mezquinos alientos.
Por suerte, la esencia de las cosas no tiene precio.
Pero no puedo dejar de hacerlo. No señor. Tiene que ser esta, y no otra, la entrada que logre atravesar la espesa nata que, en este alargado mes, se ha ido formando sobre Chocolate al loro.
Gandhi dijo que no creía en la propiedad. Renunció a sus posesiones terrenales. Habló y predicó con el ejemplo (de qué otro modo puede hacerse) sobre la paz, la no violencia y la generosidad.
Conmueve ver el ascetismo que le rodeaba, la veneración de su pueblo, la convicción y coherencia de sus actos y la fuerza que irradiaba este hombre de aspecto frágil y voluntad acerada.
Los cinco objetos que componían el lote 364 sacado a subasta en Nueva York impresionan por su sencillez extrema y aún así parece que le pesaron, saliendo de sus manos y de su vida en forma de regalos.
Y aquí y ahora… Un millón ochocientos mil dólares…
Y aquí y ahora… Sus descendientes, el gobierno indio, el dueño de los objetos, la casa de subastas, el nuevo comprador… todos ellos arrogándose el derecho de poseer, disponer y exhibir. Acusándose sin freno los unos a los otros, contaminando el aire con sus mezquinos alientos.
Por suerte, la esencia de las cosas no tiene precio.
8 comentarios:
Hola Valentina, me alegra que vuelvas a refrescarnos la memoria.
"Todo pasa y todo se termina", parece ser ésta la máxima de la Humanidad, sin mirar hacia atrás, sin mirarnos los pies.
Seguimos adelante perdiendo un gran trozo de respeto a cada paso y sin siquiera ganar uno pequeño de vergüenza.
Un abrazo fuerte.
Pero la esencia se acaba perdiendo por el camino.
pero es lo que tiene esta sociedad canibal-zombi.
todo lo devora y lo corrompe. Somos capaces de coger un mensaje de paz, un mensaje de t"todo es de todos" y hacerlo nuestro, al la vez que actuamos en contra de sus principiso.
vamos , que queda muy bonito llamarte pacifista y luego ser el mayor hijoputa del mundo.
es lomas habitual del mundo. Por lomenos nos damos el gusto de criticarlo, de dejar claro que por lo menos nos damos cuenta de ello
Me pareció vergonzoso y bochornoso cuando vi la noticia. Negociando siempre con la más mínima entretela de algo o alguien. Estarán contentos los que han pagado esas sumas de dinero por objetos de alguien que vivió con un taparrabos y le era suficiente. Besitos
el poder y el dinero pusieron fin al respeto
gracias por el post
GIANELLA
Pues hay cosas que conviene atesorar en la memoria.
Si no... adelante pero... hacia dónde?
Beso fuerte.
SUPERSALVAJUAN
Chico, pues que pena.
Mi granito de arena para recordar.
Salud.
JOPO
Criticarlo y no compartirlo.
Besos.
DANAE RAIN
Paradojas de la vida.
Besitos.
ELOI
No al mío. Mi rendida admiración a Gandhi.
Las gracias siempre a tí por comentar y estar ahí.
Un beso.
Hola, Valentina!
Sí, es surrealista: dejó como posesiones unas alpargatas y sus gafas, creo, yy un millonario indio lo ha comprado carísimo para cederlo a un museo temático de la India.
A él le habría puesto furioso ese dinero invertido en sus "reliquias" y no en mejorar las infraestructuras de una comarca enterA.
INSANUS
Creo que, cuando menos, le entristecería mucho que unos objetos suyos movieran más fuerzas y dinero que las necesidades humanas.
Gracias por tu comentario Homo.
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